Medidas de higiene complementarias

La higiene dental, se complementa con el uso del hilo dental, cepillos interdentales, enjuagues bucales y citas periódicas al dentista, para realizar una minuciosa limpieza profesional y así mismo combatir estás enfermedades que hoy en día aqueja a la sociedad en general.

El colutorio, un buen complemento

Realizar enjuagues bucales con un colutorio es un buen complemento a la pasta dentífrica. Un colutorio es una solución líquida acuosa o hidroalcohólica con los mismos principios activos que las pastas dentífricas pero en concentraciones más bajas. Es decir, pueden contener flúor si el colutorio está destinado a la prevención de la caries, o agentes antisépticos o cicatrizantes (gluconato de clorhexidina, principalmente) si se destinan a la prevención de la gingivitis.

 

Por tanto, los colutorios dentales han de entenderse como un buen complemento en la higiene dental, pero no como un sustituto. No obstante, es muy válido su uso en ocasiones como postoperatorios, en casos específicos como el de los portadores de prótesis removibles, o en casos extremos en que sea dificultosa la utilización del cepillo.

 

Existen colutorios en distintas presentaciones y con diferentes concentraciones de ingredientes activos. Por ejemplo, para niños se recomienda un colutorio sin alcohol y baja concentración de flúor y, en general, los colutorios destinados a niños de hasta 12 años deben ser sin alcohol.

 

Aquellos que contienen alcohol lo hacen siempre en bajas concentraciones y se indica que no deben ingerirse. Se recomiendan para casos de infecciones leves, por su poder antiséptico. El propio alcohol, a su vez, proporciona una agradable sensación de frescor.

 

La seda dental. Cómo usarla

El uso de la seda dental es el único método efectivo para eliminar la placa dental de las superficies interproximales. Las siguientes instrucciones le ayudarán, pero el uso correcto de la seda dental requiere tiempo y práctica.

 

Empiece cortando un trozo de seda dental de unos 45 cm de longitud. Enrolle la mayor parte del hilo en el dedo medio de una mano (derecha si es diestro), y el resto en el mismo dedo de la otra mano.

 

Para limpiar los dientes superiores, sujete el hilo entre el pulgar de una mano y el índice de la otra, dejando poco más de 1 cm (a menor espacio, mayor control) de seda entre ambos. Inserte la seda entre los dientes utilizando un movimiento de sierra. No fuerce el hilo, y llévelo hasta la unión encía-diente.

 

Cúrvelo en forma de "C" contra un diente, deslizándolo dentro del espacio entre encía y diente hasta notar resistencia. El hilo debe penetrar alrededor de 3 mm debajo de la encía. Usando ambas manos, mueva el hilo arriba y abajo en la cara de un diente, a continuación haremos lo mismo en la cara del diente contiguo.

 

Una vez usado el hilo en un espacio, enróllelo en el dedo que menos seda tiene, desenrollando del opuesto para obtener una porción nueva. Repetiremos esta técnica en todas las caras de los dientes superiores.

 

Para limpiar entre los dientes inferiores encontrará mayor facilidad si guía el hilo usando los índices de ambas manos.

 

No olvide la cara posterior del último diente de ambos lados, tanto superior como inferior.

 

Por último, enjuáguese con abundante agua después de usar el hilo para eliminar la placa y partículas de alimentos.

Para los huecos, cepillos interproximales

En personas con mayores espacios entre diente y diente, puede sustituirse el uso de la seda dental por un cepillo interproximal. Existen gran variedad de formas y tamaños en estos cepillos, debiendo buscar el tamaño y forma que mejor se adapte a nuestros dientes.

 

El cepillo interproximal se utiliza pasándolo a través del espacio interproximal de fuera a dentro y viceversa, frotando las caras laterales de los dientes. No hay que girarlo. Es muy importante que el cepillo llegue siempre hasta la encía para poder eliminar la placa. Si el cepillo interproximal no entra cómodamente, no lo fuerce. Puede ser que el espacio no sea lo suficientemente amplio y deba utilizarse un cepillo de tamaño menor o pasar a la seda dental.

 

Este tipo de cepillos se utilizan, por ejemplo, en diastemas provicados por ausencias dentarias, o en tratamientos de ortodoncia (para limpiar los brackets), o en implantes, prótesis fijas, etc.